Capítulo 52

Dani la besó dulcemente en los labios. Mon se despertó y él se apartó.

DANI: Lo siento.
MON: No te preocupes…
DANI: No en serio, no se que me ha pasado…
MON: Dani, de verdad que no pasa nada.

Mon le sonrió. Aun sentía los labios de Dani sobre los suyos.

MON: Bueno me tengo que ir.
DANI: Si…
MON: Me ha encantado verte.
DANI: A mi tambien, muchas gracias por todo, de verdad.
MON: No me las des, somos amigos no?
DANI: Si, claro…

Mon le sonrió. Abrió su bolso y cogió un trozo de papel. Apuntó un número.

MON: Toma, por si algun dia necesitas hablar, o lo que sea…
DANI: Gracias…
MON: Bueno me voy.
DANI: Me das un abrazo?
MON: Claro…

Mon se acercó a él y le abrazó. Así permanecieron largo rato. Cuando se separaron.

MON: Dale un beso a Mayra de mi parte, no creo que mañana pueda ir a verla.
DANI: Ok, se lo daré.
MON: Adiós Dani.

Le dio otro beso en la mejilla y bajó del coche. Dani esperó a que entrara en el hotel y dejara de verla y después arrancó. Pero no se fue a casa, sino a una zona apartada de Madrid desde donde se veía parte de la ciudad. No podía dejar de pensar en ese beso que le había dado y se preguntaba que habría significado para ella.

En casa de Jandro todos se lo pasaban en grande. Las chicas cada vez cogían más confianza con ellos y se lo pasaban mejor. Se habían olvidado de que eran los componentes de su grupo de música favorito, y los trataban como cualquier otro amigo. Eso a ellos les encantaba, era precisamente lo que necesitaban después de tanta fama.

Mientras en el hotel, Mon se había cambiado y estaba tumbada en la cama, pensando. Pensando al igual que Dani en aquel beso que él le había dado, y que había significado tanto para ella. No sabía si para Dani simplemente había sido un beso o algo más. Y así pensando, se quedó dormida. En sus sueños volvio a aparecer la imagen de aquel beso, pero entonces ninguno de los dos se apartaba, se dejaban llevar.

Dani se quedó dormido en el coche, y cuando despertó ya estaba amaneciendo. Suspiró y arrancó. Por el camino pensaba en el sueño que había tenido. Mon y él besándose, juntos, como el deseaba. Llegó a su casa y miró a la puerta. Por un momento deseó que dentro estuviera Mon y no Mayra, pero sabia que era injusto pensar así, así que volvió a suspirar y bajó del coche. Entró y fue a la cocina, quería beberse un zumo. Al acabar fue a la habitación, donde Mayra dormiría con su madre, pero al entrar no había ni rastro de ninguna de las dos. Fue al baño y tampoco estaban. Recorrió toda la casa y nada. Entonces miró su móvil. Estaba apagado, seguramente se había quedado sin cobertura. Pero donde estaban ellas entonces? Empezó a preocuparse, y de repente sonó el teléfono de casa. Corrió a cogerlo. Al otro lado oyó sollozos. Era Ana, la madre de Mayra…